Porciones en las comidas: 5 claves para controlarlas

A la hora de tener una relación más sana con las comidas, controlar las porciones es fundamental.
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Cada vez son más las personas que tienen problemas a la hora de mejorar su relación con las comidas. Una de las formas de hacerlo es cambiando la manera de comer, de una forma mucho más consiente, con las porciones adecuada. Eso generará cambios radicales en el cuerpo y en la salud mental, disminuyendo de forma estrepitosa la ansiedad a la hora de la comida.

Los expertos en deporte y salud mental concuerdan que una de las mejores formas de iniciar a controlar las porciones es mediante una alimentación lenta y pausada, en donde no haya distracciones. Eso mejorará la forma en la que cae la comida y en consecuencia, el impacto que tendrá en la mente.

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5 CONSEJOS A LA HORA DE APRENDER A CONTROLAR PORCIONES

1. Conocimiento de las porciones recomendadas: el primer paso para controlar las raciones es comprender qué constituye una porción adecuada para cada tipo de alimento. A menudo, nuestras percepciones sobre el tamaño de las mismas están distorsionadas por las prácticas alimenticias excesivas o por las porciones desproporcionadas que se sirven en restaurantes. Es importante educarse sobre las porciones recomendadas de cada grupo alimenticio, como frutas, verduras, carnes, granos y lácteos.

2. Utilización de insumos de medición: para garantizar que estamos sirviendo porciones adecuadas, podemos recurrir a elementos de medición como tazas, cucharas medidoras y balanzas de cocina. Estos instrumentos nos permiten controlar con precisión la cantidad de alimentos que consumimos. Por ejemplo, en lugar de servir cereal directamente del paquete, podemos medir una porción utilizando una taza medidora.

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3. Practicar la conciencia plena (Mindfulness) al comer: la conciencia plena, o mindfulness, es una técnica que implica prestar atención plena al momento presente. Aplicada a la alimentación, esta práctica puede ayudarnos a sintonizar con nuestras señales internas de hambre y saciedad, lo que nos permite comer de manera más consciente y controlada. Al concentrarnos en cada bocado, podemos apreciar mejor el sabor y la textura de los alimentos, lo que puede llevarnos a sentirnos satisfechos con porciones más pequeñas.

4. Planificación de las comidas: la planificación de las comidas es una herramienta invaluable para controlar las porciones. Al planificar con anticipación qué y cuánto vamos a comer en cada comida, podemos evitar caer en la tentación de servirnos porciones excesivas o recurrir a alimentos poco saludables. Además, la planificación de las comidas nos permite equilibrar nuestras opciones alimenticias y asegurarnos de incluir una variedad de nutrientes en nuestra dieta. Al tener un plan establecido, podemos evitar tomar decisiones impulsivas que puedan conducir a excesos.

5. Escuchar las señales del cuerpo: aprender a escuchar las señales de nuestro cuerpo es fundamental para controlar las porciones de manera efectiva. Esto implica distinguir entre el hambre física y el deseo emocional de comer. Muchas veces, comemos no porque tengamos hambre, sino como respuesta a emociones como el estrés, la tristeza o el aburrimiento. Al aprender a reconocer estas señales y afrontarlas de manera adecuada, podemos evitar comer en exceso y mantener un mayor control sobre nuestras porciones.

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