Se sabe que la masa muscular es uno de los factores más importantes a la hora de determinar la salud en el cuerpo. Lo cierto es que no solo se encarga de darle forma al cuerpo y que tenga una apariencia mucho más atractiva, sino que también desencadena un montón de otros beneficios que son imprescindibles para el funcionamiento del mismo.
En este artículo se detallan algunos ejemplos de la importancia que radica en tener una buena cantidad de masa muscular, y por qué debe ser algo que las personas tienen que trabajar en conseguir y en mantener. Alimentarse de forma adecuada y construir un cuerpo fuerte tiene que ser una de las máximas prioridades de cada uno.
MASA MUSCULAR: POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE
Más allá de los miles de beneficios en cuestión de apariencia, la masa muscular representa una gran defensa para el cuerpo. Primero es que acelera y mejora el funcionamiento del metabolismo en general. El músculo quema más calorías en reposo que la grasa, por lo que al contar con un alto porcentaje de este, el metabolismo de por sí tiende a tener un funcionamiento más rápido y eficaz.
Segundo, la masa muscular es de suma importancia para toda la materia ósea del cuerpo. Al entrenar fuerza y hacer ejercicio de este tipo, el músculo “molesta al hueso”. Ese roce que se genera hace que los mismos se tengan que volver más y más fuertes para evitar ser molestados por el músculo. Además, si se tiene una buena cantidad de masa muscular es como si hubiese una armadura que los protege alrededor.
Y tercero, y una de las mayores recomendaciones de los médicos, es que tener una buena base de músculo en el cuerpo es vital para contrarrestar el avance de enfermedades fuertes. Por ejemplo, todas las personas tienen un 40% de posibilidades de contraer cáncer en algún momento de la vida. En caso de contar con mucho músculo, el cuerpo está mucho más preparado y más fuerte para poder tolerar el tratamiento para eliminar el cáncer.
¿CÓMO CONSTRUIR MASA MUSCULAR?
La construcción de la masa muscular depende de dos factores principales: el entrenamiento de fuerza en el gimnasio, y en una buena dieta. En caso de que se arranque con muy poco músculo, aumentar el consumo de proteína y entrenar con pesas dos veces por semana puede ser un gran inicio de camino. Luego, habría que incrementar la intensidad.
Con el tiempo, la frecuencia y la exigencia de los entrenamientos debería aumentar ya que el organismo irá acostumbrándose y los músculos se irán haciendo cada vez más fuertes. En consecuencia, los estímulos tienen que ir equiparados con la resistencia del cuerpo a los agentes externos que se le vayan presentando.
Y con respecto a la dieta, mientras se consuma una balanceada con una buena ingesta proteica, es más que suficiente. Con el tiempo, el cuerpo irá cobrando mucha más vitalidad y todo comenzará a funcionar de una mejor manera.