Comerse las uñas es una práctica muy común y puede tener diferentes causas, como el nerviosismo, la ansiedad, el aburrimiento o incluso el mal hábito. No es para nada saludable ya que puede llevar a problemas dentales, de la piel y de las uñas. Además, también puede llevar a infecciones en los dedos y a una mayor exposición a bacterias y virus.
Onicofagia es el término al que se le atribuye comerse o morderse las uñas, un trastorno nervioso bastante frecuente que se da tanto en adultos como en niños. Si esta es una práctica que te preocupa, hay diferentes técnicas que podés probar y dejar de hacerlo, como mantener las manos ocupadas con algo, usar esmalte con sabor amargo, o incluso, y muy importante, buscar ayuda profesional si se trata de un problema de ansiedad o estrés.
- Causas: Identificá si es por ansiedad, estrés o aburrimiento, buscá otras formas de liberar esa tensión. Si es por esta última, buscá actividades que te distraigan, como leer un libro o escuchar música.
- Uñas cortas: Usá las uñas cortas, será más difícil que te las comas. Usá un corta uñas y hay que limarlas para que no tengan bordes irregulares que pueden tentarte a cometerlas.
- Esmalte de uñas: Pintarlas con esmalte puede ser una forma efectiva de dejar de comérselas. El sabor del esmalte puede ser desagradable y evitar que te las lleves a la boca.
- Técnicas de relajación: Si te comés las uñas por ansiedad, aprendé algunas técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación o el yoga.
- Apoyo: Hablá con amigos o familiares o incluso un médico dermatólogo y pediles que te ayuden a dejar de comerse las uñas. Ellos pueden ayudarte a motivarte cuando sientas la tentación de hacerlo.
Acordate que dejar un mal hábito lleva tiempo y esfuerzo, pero con perseverancia y determinación, podés lograrlo. También es conveniente la ayuda de un psicólogo, para que te ayude con el control y/o si es muy frecuente, un odontólogo puede cooperar en impedir que puedas cortar las uñas con los dientes.
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