Empacho: 4 remedios caseros para curarlo

empacho

El empacho es una afección común que afecta a personas de todas las edades, pero es especialmente frecuente en los niños. Se produce generalmente por una mala digestión causada por el consumo excesivo de alimentos o por la ingesta de alimentos pesados, difíciles de digerir. Aunque no es una condición grave, el empacho puede ser bastante molesto y causar síntomas como dolor abdominal, hinchazón, náuseas, vómitos e incluso fiebre en casos más severos.

A lo largo de la historia, y particularmente en muchas culturas latinoamericanas, se han desarrollado diferentes remedios caseros para tratar el empacho. Estos remedios son populares porque, además de ser naturales, se cree que ayudan a aliviar los síntomas rápidamente sin la necesidad de recurrir a medicamentos.

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1. La infusión de manzanilla: calmante digestivo natural

La manzanilla es una planta medicinal ampliamente utilizada para tratar problemas digestivos y, en el caso del empacho, resulta ser uno de los remedios más efectivos. Su acción antiinflamatoria y calmante ayuda a reducir la inflamación del tracto gastrointestinal, lo que alivia el malestar y el dolor abdominal que acompañan al empacho.

Cómo prepararla:

  • Hervir una taza de agua.
  • Añadir una cucharada de flores de manzanilla secas o una bolsita de té de manzanilla.
  • Dejar reposar durante 5 a 10 minutos, tapando la taza para concentrar los aceites esenciales.
  • Colar la infusión y endulzar ligeramente con miel, si se desea.

La manzanilla también tiene propiedades antiespasmódicas, lo que significa que puede ayudar a calmar los cólicos o espasmos estomacales que suelen presentarse con el empacho. Para obtener mejores resultados, se recomienda tomar la infusión después de las comidas y no exceder las tres tazas al día.

2. El té de boldo: apoyo digestivo para el hígado

El boldo es otro remedio natural sumamente valorado en América Latina para aliviar el empacho. Las hojas de boldo contienen una sustancia llamada boldina, que estimula la secreción de bilis y favorece la digestión de grasas, lo que lo convierte en una opción ideal cuando el empacho está relacionado con el consumo de comidas grasosas o pesadas.

Cómo prepararlo:

  • Hervir una taza de agua.
  • Añadir una cucharadita de hojas secas de boldo.
  • Dejar reposar durante 10 minutos.
  • Colar y beber tibio, preferiblemente después de comer.

Es importante señalar que el té de boldo no debe ser consumido en exceso, ya que su uso prolongado puede causar irritación en el tracto digestivo. Para tratar el empacho, una o dos tazas al día son suficientes. Además, está contraindicado para personas con problemas hepáticos graves o cálculos biliares, por lo que es importante consultar a un médico antes de utilizarlo en estos casos.

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3. El masajito de panza: técnica tradicional de alivio

En la medicina tradicional, uno de los métodos más comunes para tratar el empacho es mediante el uso de masajes abdominales, conocidos como “masajito de panza”. Esta técnica no solo ayuda a aliviar el malestar, sino que también favorece el tránsito intestinal, lo que facilita la digestión de los alimentos acumulados en el estómago.

Cómo realizarlo:

  • Acostar a la persona boca arriba en una superficie cómoda.
  • Aplicar aceite de oliva o de coco tibio en la palma de las manos.
  • Realizar movimientos circulares suaves sobre el abdomen, comenzando en la parte inferior derecha y siguiendo el sentido de las agujas del reloj. Esta dirección es importante, ya que sigue el curso natural del intestino grueso.
  • Continuar con los movimientos durante 5 a 10 minutos, aplicando presión suave, sin causar dolor.

Este método es especialmente eficaz en niños pequeños que sufren de empacho, ya que el masaje estimula el intestino y facilita la expulsión de gases, lo que alivia rápidamente la sensación de hinchazón y el malestar abdominal. También es un excelente método para calmar a los niños, ya que el contacto físico y los movimientos suaves tienden a relajarlos.

4. El limón con bicarbonato: alivio rápido para la acidez y la indigestión

El remedio de limón con bicarbonato de sodio es un clásico de los tratamientos caseros para el empacho. Esta mezcla crea una reacción efervescente que ayuda a neutralizar el exceso de ácido en el estómago y a aliviar la sensación de pesadez o acidez que suele acompañar al empacho.

Cómo prepararlo:

  • Exprimir el jugo de medio limón en un vaso de agua tibia.
  • Añadir una pizca de bicarbonato de sodio y mezclar bien.
  • Beber lentamente la mezcla, preferiblemente después de comer.

El bicarbonato de sodio actúa como un antiácido natural, neutralizando los ácidos estomacales y aliviando el malestar en el tracto digestivo. Por su parte, el limón, a pesar de ser ácido, tiene un efecto alcalinizante en el cuerpo una vez digerido, lo que ayuda a equilibrar los niveles de acidez en el estómago.

Este remedio es muy efectivo, pero debe usarse con moderación. El bicarbonato, en grandes cantidades, puede alterar el equilibrio de electrolitos en el cuerpo, por lo que no es recomendable utilizarlo de manera frecuente. Una o dos veces al día es suficiente para aliviar los síntomas del empacho.

Consejos adicionales para prevenir el empacho

Además de estos remedios caseros, hay algunas pautas simples que pueden ayudar a prevenir el empacho en el futuro. Entre ellas se incluyen:

  • Comer despacio y masticar bien los alimentos para facilitar la digestión.
  • Evitar las comidas excesivamente grasosas, picantes o muy pesadas.
  • No acostarse inmediatamente después de comer; es recomendable esperar al menos dos horas antes de irse a la cama.
  • Beber suficiente agua durante el día para mantener el sistema digestivo funcionando correctamente.

El empacho es una condición que, aunque molesta, puede tratarse fácilmente con remedios caseros y cambios en los hábitos alimenticios. Sin embargo, si los síntomas persisten o empeoran, es fundamental consultar a un médico, ya que en algunos casos, el empacho puede confundirse con afecciones más graves como una infección estomacal o problemas en la vesícula biliar.

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