La insolación es una condición grave que ocurre cuando el cuerpo se sobrecalienta debido a una exposición prolongada al sol o a temperaturas extremadamente altas. Puede afectar a cualquier persona, pero es especialmente peligrosa en niños, ancianos y personas con problemas de salud preexistentes. Conocer los síntomas de la insolación y cómo tratarla adecuadamente puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida y una complicación seria.
INSOLACIÓN: QUÉ ES Y CÓMO PREVENIRLA
La insolación, también conocida como golpe de calor, es una afección que se produce cuando la temperatura del cuerpo se eleva a niveles peligrosos, generalmente por encima de los 40°C. Este aumento de temperatura ocurre cuando el cuerpo pierde la capacidad de regular su temperatura de manera efectiva debido a la exposición excesiva al calor. Si no se trata a tiempo, la insolación puede dañar órganos vitales y, en casos extremos, puede ser mortal.
Es fundamental reconocer los síntomas de la insolación lo antes posible para poder actuar rápidamente. Algunos de los signos más comunes incluyen:
Temperatura corporal elevada: Uno de los síntomas más evidentes es una temperatura corporal superior a los 40°C.
Piel caliente y enrojecida: La piel puede sentirse caliente al tacto, seca o sudorosa en algunos casos.
Dolor de cabeza intenso: Las personas con insolación suelen experimentar un dolor de cabeza fuerte y punzante.

Mareos y desorientación: La insolación puede provocar confusión, dificultad para hablar, falta de coordinación y hasta pérdida del conocimiento.
Náuseas y vómitos: El cuerpo puede reaccionar al sobrecalentamiento con síntomas digestivos como náuseas y vómitos.
Frecuencia cardíaca acelerada: El corazón trabaja más rápido en un intento de enfriar el cuerpo, lo que puede causar taquicardia.
Convulsiones: En casos graves, la insolación puede provocar convulsiones o desmayos.
Dificultad para respirar: Algunas personas pueden experimentar una respiración rápida y superficial debido a la sobrecarga térmica.
Si alguien presenta síntomas de insolación, es crucial actuar de inmediato para bajar la temperatura corporal y evitar complicaciones graves. A continuación, se detallan los pasos para tratar la insolación:
1. Llevar a la persona a un lugar fresco
Lo primero que se debe hacer es trasladar a la persona afectada a un área sombreada o con aire acondicionado. El objetivo es reducir la temperatura corporal lo más rápido posible.

2. Enfriar el cuerpo
Existen varias maneras de reducir la temperatura corporal:
Aplicar compresas frías en la frente, el cuello, las axilas y la ingle.
Rociar el cuerpo con agua fresca o colocar toallas húmedas sobre la piel.
Usar un ventilador para acelerar la evaporación del agua y ayudar a enfriar el cuerpo.
Si es posible, sumergir a la persona en agua fría, como una bañera con agua a temperatura templada.
3. Hidratar adecuadamente
Es importante que la persona afectada beba agua en pequeños sorbos. También se pueden consumir bebidas con electrolitos para reponer sales minerales perdidas. Sin embargo, es fundamental evitar bebidas con cafeína o alcohol, ya que pueden empeorar la deshidratación.

4. Aflojar la ropa
Si la persona lleva ropa ajustada o en exceso, es recomendable aflojarla o retirarla para permitir una mejor ventilación y enfriamiento del cuerpo.
5. Monitorear los signos vitales
Es fundamental vigilar a la persona afectada para asegurarse de que su condición no empeore. Si la persona pierde el conocimiento, presenta dificultad para respirar o su temperatura no baja, es necesario buscar atención médica de inmediato.
Para evitar la insolación, es importante tomar medidas preventivas, especialmente durante los días calurosos o en actividades al aire libre:
Hidratación constante: Beber suficiente agua durante el día, incluso si no se siente sed.
Evitar la exposición prolongada al sol: Buscar sombra y evitar salir en las horas más calurosas del día (entre las 11:00 a.m. y las 4:00 p.m.).
Usar ropa adecuada: Optar por prendas ligeras, de colores claros y fabricadas con materiales transpirables.
Proteger la cabeza: Usar sombreros o gorras y aplicar protector solar para evitar daños en la piel.
Tomar descansos: Si se realizan actividades al aire libre, es recomendable hacer pausas en lugares frescos y rehidratarse con frecuencia.

Evitar el esfuerzo físico excesivo: Durante días extremadamente calurosos, es preferible reducir el nivel de actividad física para evitar el sobrecalentamiento del cuerpo.
Aunque a menudo se usan como sinónimos, la insolación y el golpe de calor tienen diferencias importantes. La insolación ocurre cuando la exposición al sol es excesiva, mientras que el golpe de calor puede producirse en ambientes calurosos sin necesidad de exposición directa al sol. Además, el golpe de calor puede ocurrir en lugares cerrados, como automóviles o habitaciones mal ventiladas, donde la temperatura se eleva rápidamente.
En algunos casos, la insolación puede requerir atención médica inmediata. Se debe buscar ayuda profesional si:
La persona pierde el conocimiento o está extremadamente confundida.
La temperatura corporal no disminuye con las medidas iniciales de enfriamiento.
Se presentan convulsiones o dificultad para respirar.
Hay signos de deshidratación severa, como piel extremadamente seca, falta de sudoración o presión arterial baja.
La insolación es una condición grave que puede tener consecuencias fatales si no se trata adecuadamente. Reconocer sus síntomas a tiempo y actuar con rapidez es clave para evitar complicaciones. Mantenerse hidratado, evitar la exposición prolongada al sol y tomar precauciones en días calurosos son medidas fundamentales para prevenir esta afección. Si se presentan signos de insolación, es esencial enfriar el cuerpo y buscar ayuda médica si es necesario. Con estas medidas, es posible disfrutar del verano y las actividades al aire libre sin poner en riesgo la salud.