Cada vez que uno piensa en tipos de alimento que ayuden al corazón, uno considera que el pescado puede ser una gran opción. Y a pesar de que lo es, lo cierto es que son miles los que se están volcando para el lado de una alimentación basada en plantas. Es por eso que el pescado comenzó a ser reemplazado por otro tipo de comida que tiene los mismos beneficios.
Se trata de un tipo de alimento que se popularizó en los últimos años, no solo por su gran contenido proteico, sino por los beneficios que le aporta el cuerpo. Se trata del seitán, una comida que surge directamente de la proteína del gluten pero sin los agregados de trigo y carbohidratos. A continuación se explica su composición química y cómo prepararlo.
SEITÁN: ALIMENTO VEGETAL PARA PROTEGER AL CORAZÓN
El seitán se destaca por su abundante contenido proteico, siendo especialmente popular entre aquellos que siguen dietas vegetarianas o veganas debido a su capacidad para imitar la textura de la carne sin añadir grasas ni colesterol, lo que lo convierte en una opción favorable para quienes desean mantener un peso saludable y promover la salud cardiovascular.
Aunque es rico en proteínas, es esencial combinarlo con otros alimentos para garantizar una ingesta equilibrada de aminoácidos, ya que carece de lisina, un aminoácido que se encuentra en grandes cantidades en las legumbres. Además de su contenido proteico, el seitán proporciona una variedad de vitaminas y minerales, incluyendo sodio, calcio y potasio.
A diferencia de otros alimentos con alto contenido proteico, el seitán es bajo en grasas e hidratos de carbono, convirtiéndolo en una excelente elección para aquellos que buscan reducir el consumo de estos macronutrientes en su dieta.
Si bien se puede comprar en dietéticas, o bien en comidas ya hechas, preparar este alimento es muy sencillo y solo se necesita de dos ingredientes: harina y agua. Lo primero que hay que hacer es armar un bollo suave con la masa y dejarlo descansar. Esto se puede hacer mezclando 500g de harina blanca, con agua hasta que quede liso.
Tras una hora de descanso, se coloca la masa en un bowl con agua y se va a masajear hasta disolverla. Lo llamativo es que de a poco comenzará a ir quedando solamente la proteína del seitán, que tiene una consistencia más bien chiclosa. La misma se puede cocinar en el momento, o reservar en freezer o heladera hasta decidir consumirla.
RECETAS CON SEITÁN EN CASA: FÁCILES Y RICAS
Cocinarlo es aún más sencillo que su preparación: se tiene que hacer de la misma forma que el pollo o la carne. Primero se condimenta con sal y especias a gusto, y luego se hace vuelta y vuelta en una sarten. De esa forma estaríamos comiendo este alimento como una pechuga a la plancha y ya. Pero hay otras formas de hacerlo más divertido.
Además de empanarlo y comerlo tipo milanesa, se puede cortar en cubos, saltear con cebolla y morrones hasta armar un salteado color bronce. Si se le añade salsa de soja, ajo en polvo, otros condimentos y un poco de caldo con maicena, haremos una salsa tipo thai que al combinarlo con arroz termina quedando un plato riquísimo, típico de los que encontramos en el sudeste asiático pero vegano. De esa forma le estaríamos aportando todos los beneficios al corazón y al resto de los órganos del cuerpo. Sin dudas, un alimento que vale la pena probar e incorporar.
