Hace un tiempo que muchas mujeres decidieron adentrarse en el mundo del Pole Dance. Lo cierto es que antes no era una práctica que estaba tan bien vista a los ojos de la sociedad, porque se la asociaba con bailes sensuales y más exóticos. Sin embargo, con el tiempo se logró erradicar este mito y se convirtió en uno de los deportes con más cantidad de aprendices.
Las mujeres que deciden adentrarse en el mundo de este baile destacan dos principales beneficios. El primero tiene que ver con la fuerza muscular que se necesita para poder escalar el caño, y además la cuota de creatividad que tiene practicar cualquier tipo de danza. Esa combinación termina haciendo de este deporte algo imposible de dejar.
POR QUÉ PRACTICAR POLE DANCE
En primer lugar, es un excelente ejercicio cardiovascular que mejora la resistencia y la fuerza muscular, especialmente en áreas como los brazos, abdomen, piernas y glúteos. Los movimientos requeridos para subir, girar y sostenerse en la barra también mejoran la flexibilidad y la coordinación, lo que contribuye a una mejor postura y control corporal.
Además de los beneficios físicos, el Pole Dance también puede tener un impacto positivo en la salud mental y emocional. Al practicar esta forma de danza, se estimula la liberación de endorfinas, neurotransmisores que generan sensaciones de bienestar y reducen el estrés y la ansiedad. La concentración necesaria para dominar los movimientos y secuencias también puede ayudar a mejorar la atención y la autoconfianza, a la vez que proporciona una sensación de logro y empoderamiento a medida que se superan los desafíos.
Otro aspecto beneficioso del Pole Dance es su capacidad para fomentar la creatividad y la expresión artística. A través de la combinación de movimientos fluidos y acrobáticos, los practicantes pueden explorar y desarrollar su propio estilo único de danza, lo que les permite expresar emociones y contar historias a través del movimiento del cuerpo. Esta forma de autoexpresión puede ser especialmente liberadora y empoderadora para personas que buscan una salida creativa.
Además, el Pole Dance ofrece una comunidad de apoyo y camaradería entre sus practicantes. Las clases grupales y los eventos sociales brindan oportunidades para conectarse con otros entusiastas de la danza, compartir experiencias y motivarse mutuamente para alcanzar metas personales. Esta sensación de pertenencia y conexión puede tener un impacto significativo en el bienestar emocional y la motivación para seguir practicando.
Debido a la alta demanda que está teniendo, ya son muchas las academias de Pole Dance que se abrieron en Argentina, con maestras especialistas en el rubro que tienen mucho conocimiento del tema. Si se está pensando en arrancar, sin dudas que puede ser una gran experiencia y un camino deportivo que puede conllevar a grandes resultados.
A la hora de hacer deporte, lo más importante es encontrar una actividad que guste y que se pueda mantener en el tiempo. Esa es la única forma a través de la cual se va a sanar la relación con el cuerpo y se va a encaminar a un camino mucho más saludable.
